martes, 27 de septiembre de 2011

aprender el viento

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aprender el viento de
las estaciones una tras otra
con tu risa aleteando
así de cerca
Escuchar la caricia
que flota adónde
y envuelve tan justa
al círculo conque deambulo
Sentirse
en modo absoluto
partícipe de cuanto
el camino proponga
para el fervor
Amar
que significa principio
donde partir hacia algo mejor
Quiero decir
hacerse cargo de todo aquello
a disposición durante el tránsito
sin perder el buen humor
ni la libertad indispensable
tanto aquí como más tarde

ARLANN
imagen=  Juan Carlos Gentile

lunes, 19 de septiembre de 2011

bosquejos

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A castidades



que aquellos bosques protegen


rozo con


el obsceno dedo del macho


en su elemento.


Hunde mi pezuña


la hojarasca de himen


que enmanta quietudes


en tupido primor


desplegando silencio

lluvias humedecen

grutas de álamos y matrices.

Seduce ahora

mojar la piel en la bruma tibia

y por las noches recostarse

entre raíces brotadas al calor de la luna,

para captar energía seminal.

Al rayar el alba


sostener un fluir por estepas


que no agotan la sed.


Bosque castizo. Árbolramasombras.

Vegetan minerales superlativos


bajo el verde del paraje en celo


Alucinando creo que


es oportunidad


de verter mi abrupto néctar


sobre alfombras a fecundar. Y dejar huella...


Luego parto

a través de autopistas

sin señales ni tránsito a ciegas

hacia lejanos poblados

donde el amparo silvestre

recita memorias de pena

y el sabor de tu vientre

 
ARLAN

domingo, 18 de septiembre de 2011

buscando - sentí


buscando palabras sentí elevar esta piel de concreto, pero entonces diáfana ante la expectativa, y multiplicada por miles, tornando a soplo de primavera en ciernes. No cejo en la antigua búsqueda, pero frases que valgan la pena no, ocurre en cambio una fragancia de madrugadas, de madreselva, parado en cierta esquina patibularia, cigarrillo de vértigo, paciente espera del bondi hacia el infinito, o rumbo a recuerdos de claustros donde desaprender sobre lo artesanal. Prístino arrebol en fosas nasales, mezclándose con humo tabacal, placentero a pesar de las sabidas consecuencias. Medio vencido por tanto esfuerzo, retomo la indagación subterránea, ya que necesito en grado sumo hallar palabras para decir todo esto que pugna. Sólo encuentro espejos de naturaleza dudosa, colgando de árboles a mi vera (ruta) frente a los que bailar desnudo si prefiero, desvergonzado por cualquiera que pase; y una música de aquellas.


Busco cierta relación de términos para expresar lo no dicho, lo imposible de ser transmitido en idioma usual, y que propicien el ánimo preciso. Desde allí partir sin saber adónde.

En fin, cuánto de lúdico y fantasmagórico puede darse cuando se va en dirección azarosa. De palabras nada, ya para qué.

Arlan

Imagen= Aprendiendo a Volar, de DamasArt

domingo, 11 de septiembre de 2011

Santa Catalina





Envuelto por haces de luz, me doy al camino abierto de par en par, y muy distinto a cualquier asfalto que se precie de tránsito pesado. Humedad de la buena, rocíos, perfumes silvestres, van rodeándome sin premura, dejándose gozar. Hace tanto que mi alma-piel tenía necesidad de tamaño nutrimento, hecho de paisajes por doquier, trinos como encantos, hojas guirnaldas al caer en suspensión. ¡Cuán libre me siento ahora!, emancipado del oído continuo para atender la marcha de motores escupiendo smog, y de los sentidos alerta ante posibles ataques porque sí. El único ruido es tan natural que suma al silencio en torno; pero este escenario me habla, y dice pájaros amaneciendo, dice árbol sonriente ante mi menuda presencia. Un día traeré conmigo a la más pequeña, aquella que ilumina mis sueños, para que sepa temprano sobre la abundancia escondida en las flores, de la enseñanza que rumían aquellos rebaños de cara al sol y la lluvia. Es preciso que conozca dónde no entran la codicia ni el poder desmedido. Y que juntos disfrutemos el despertar indecible de cuanto albedrío se pueda contener



ARLANE

viernes, 9 de septiembre de 2011

en fiebres



escribo en fiebre galopante, haciendo uso extremo de tal condición que desencadena catarsis pero con ritmo de baja frecuencia. Hablo para mí, como en complot, a modo de no advertir la tanta soledad alrededor. Porque es así, definitivamente; me hallo tan sólo, como asomando una cabeza impar hacia el abismo del que no se vuelve.  Cuerpo idóneo tose, desea despuntar el vicio aunque lo sepa indigno, le suenan las tripas. Miro y miro, lo encuentro, de suyo incrustado a la impar costilla. Podríamos hablar sobre qué, cuerpo y yo, ¿pero cuál asunto resulta pertinente llegados a este punto?. Ya es muy tarde, no se presta la hora para discusiones con semejantes; además me sucede este febril pasmo, respiro con dificultad, y cargo una pena vieja e indefinible. Dormir no es opción, resulta burdo a esta altura de los acontecimientos. Así que iniciamos muda tertulia, yo y cuerpo ad-hoc, a fin de darnos gracias, consejos, palmadas por el lomo. No es, realmente, tan importante el tema a tocar, lo fundamental estriba en diferir el broche final, el epílogo, a tamaño diálogo que sabe a cosa diferente. Porque la fiebre acecha, con patas verdes y aguijones; en cuanto reparemos en ella, desenfundará su show a más no poder, y entonces hay que agarrarse porque no frena hasta ver saciada la curiosidad matagatos, o las simples ganas de invadir sin respetar automedicaciones de práctica desaconsejada por la autoridad. Harto, él se acuesta lejos de mi alcance. Yo me quedo ardiendo, como si tal cosa.

Arlan 
imagen de la artista Laura Pacheco

miércoles, 7 de septiembre de 2011

frente a frente



Su aliento empañó el vidrio mientras distraído bebía el acostumbrado café, un cigarrillo humeaba sin pretensiones apoyado en cenicero acorde. De buenas a primeras, Benicio atisbó a través de la empañadura, un recorrer distinto en el tránsito sistemático, como dotándose de un sentido que lo vincula a mecanismos inusuales, casi extraordinarios. Curioso por cómo se dan las casualidades, Benicio pita hondo y larga bocanadas de esperanza, suaves, hacia la superficie tersa que también actúa de frontera que jamás se atraviesa. La turbiedad resultante trae nuevas visiones, todo movimiento encaja a la perfección, cual piezas de juego milenario, entrevistas en algún sueño de los que se memorizan, o tal vez en la relajación profunda cuando fuera monje del Tíbet. Se pregunta Fenicio, ¿esto es producto de mi intención, o me ha sido dado presenciar el otro lado del asunto porqué?. Mira pasar por la vereda a cuadros, vendedores de sombras y fantasías que también acoplan su marcha al conjunto recién descubierto. Como para no entusiasmarte Benicio, si se agregan nuevos intérpretes a esta sinfonía aparentemente para tu pupila sólo montada. Hasta vos y yo, Beni, nos sabemos involucrados; porque si faltamos todo se desmorona, aunque seamos ínfimos en este orden universal, y que yo no puedo opinar y contar lo que sucede, hay conflicto de intereses, (no se deben mezclar personajes y relator, a menos que esto ya no sea un escrito y la hoja haya cobrado vida).
Dueño de la situación, Bebenicio, busca señales en el cielo. Y sí, allá estrellas parpadean de contentas porque alguien las requiere. Y la tierra, la madre tierra de nosotros humanos a la deriva, vibra bajo suela, manda su mensaje de conformidad en código subterráneo, para indicar que también juega. Oh cabeza no des vueltas al revés y viceversa, considera posibilidades ante semejante teatro de operaciones, caminos que se abren hoy y no ayer o en próximas temporadas. ¿Cómo fue, piensa Beneficio, que nunca nadie vino a confiarme esto que existe alrededor?, igual se cree un casi dios, no es posible que alguien más vislumbre así, ¿o sí lo es?. Reprimir la vanidá es de sabios, Vinicius; no te agrandes cabezón. Cada quien es un dios en sí mismo, minúsculo claro, pero suficientemente importante como el eslabón de una cadena de mandos, imaginate.
Y a medida que se diluía el encanto junto al empañamiento, Benictus sonreía sin saber cómo. Todavía quedaba algo en el pocillo y el pucho tira humo como para póstuma pitada. Todo bien, Benancio. Vida y muerte sentadas aquí en la mesa de un bar, frente a frente, ¿te vas a sorprender?,  con tanto misterio dando vueltas...
Entonces Benicio se va esfumando mutis por el foro, casi sin aliento, encomendándose a los dioses de laberintos para que le muestren un camino a seguir, o al menos cuál puesto ocupar antes de que se llene el tablero

 ARLANE
IMAGEN= MULTIPLICACIÓN DE LOS HÉROES, DE JOSÉ CACHO

domingo, 4 de septiembre de 2011

velado

profunda negritud del desfiladero, en que la calle abre su garganta de candor. Hacia ese inescrutable destino dirijo, con cautela, los pasos en falso. Concientemente voy a hundirme en la nada, allí donde es vano transitar, pues no persisten rutas a cara y seca, ni terreno capaz de soportar mi peso en puntas de pie.



Oigo cómo la oscuridad clama por otra víctima de humana especie, daño colateral, y, para mi congoja, luego de haber conocido la libertad cuando fui perro invulnerable al látigo del amo, he reencarnado en hombre hasta el tuétano. Como tal, sobrellevo el infausto destino clavado en los genes. Yo seré El Sacrificado, el que camina plácido entre el ruido. Algo mejor habrá luego, bajo soles de injusticia o de incógnito.


No descarto que existen mundos evolucionando ad infinitum dentro del turbio universo al que no penetran claridades y es también fuente de júbilo. Claro que varios artículos y hábitos serán extraños; como también el imperioso abandono de costumbres y entretenimientos, usuales durante el quehacer sin descanso. Pero, la vida en estas épocas es tan incierta, se diría una línea de montaje. El sistema adoptado por la sociedad de uso al por mayor, necesariamente contiene violencia y egoísmo, ansiedad por el salvesequienpueda, temor a los forasteros y a cualquiera que no porte color adecuado a los tiempos que corren. Tal vez, hasta pueda resultar ventajoso mudarse a la infinita nocturnidad. Debo tener en cuenta, además, que para mejor concentrarse no hay nada superior a las penumbras por doquier, sumando el ulterior silencio en torno, más un agitar de fantasmas en cercanías; dentro de ese punto límite no será posible utilizar equipos de audio, celular, ni siquiera ensayar el consabido silbo solitario del nómada que no capitula. La densidad lóbrega impide ese tipo de actos que pudieran parecer rutina bajo el zodíaco de TV. Allí no encontraré interruptores, corrientes tomaydaca, candil de campo sin alambrar. Los espejos se mimetizan con el meollo de la cuestión en la negra telaraña tendida para visitantes que no esperábamos, a punto tal que uno puede tropezar con su ser paralelo y no proferir gritos antes del choque identitario.


Entonces, imposible saber si se permanece en vida, o deambulamos, ciegos, eclipsados de muerte. Será el tacto al menor roce un sentido impar con que valerme, y la táctica de tierra arrasada mi mejor empresa.






Arlan