Te concedí las venas para que
fraguaras tu hechizo de paroxismo
extremo. Pero el filo de tus palabras
fue suficiente para que la sangre
abandonara el cuerpo con que
deseaba amarte
Te concedí las venas para que
fraguaras tu hechizo de paroxismo
extremo. Pero el filo de tus palabras
fue suficiente para que la sangre
abandonara el cuerpo con que
deseaba amarte