Querida Mantra
Ha llegado el triste momento de decirte adiós. Me voy al ashran de la montaña por un tiempo prolongado, necesito conocerme, saber qué guarda mi interior. Durante los próximos años haré una vida austera, casi monástica, entregado a las practicas diarias y al servicio desinteresado. Hemos charlado en varias oportunidades sobre esta búsqueda interior que me apremia. Lamentablemente no podés acompañarme ni pretendo que dejes tu vida actual. Me llevo los maravillosos momentos que compartimos, nuestras conversaciones mate de por medio, los instantes de amor genuino que nos brindamos. Y en mi piel tus caricias, tus lindos abrazos, tus ojos mirándome profundamente, tu cuerpo joven entregándose a mi deseo. Te confieso que di lo mejor en nuestra relación secreta y sincera.
Marcelo es un buen hombre, a pesar de sus defectos, él pude darte la seguridad que yo no soy capaz.
Cuántas veces reflexionamos en que todo tiene un fin!, y hoy nos toca despedirnos querida mía.
Ya vendí cuanto poseía, el auto, la casa, hasta el celular. Voy a invertir ese dinero en sustentarme durante esta etapa que comienzo.
No intentes buscarme por favor
Adiós mi amada confidente y amiga. Y gracias!
te bien quiere
Aldo