sábado, 28 de abril de 2012

boca de tormentos




Qué puede esta boca haber
querido objetar a tanto ayer
como más luego?
Si nada puedo cuando libera
su ácida lengua sus amarras
de larga data.
Algo brotó al aire de las cosas
en ese espacio en donde circunstancialmente
nos desvivimos sin apremios.
Pero he visto con el primer ojo
que hoy ya no estabas tan cálida
al lado mío en cambio sí hubo
alguien así de inusual parecido
pero con rostro erizado por diatribas
y malos alientos llamándome con un nombre
al que no respondo ni adhiero
y negándose a dar explicaciones
aunque fuera espurias o para salir
a flote siquiera.
Qué dijo
que dijo esta cuerda vocal desalmada
cuando no era momento
para discursos
y vos no escuchabas con la atención
que nos merecemos?

Arlan

imagen= Esterio Segura

domingo, 22 de abril de 2012

lunes, 16 de abril de 2012

fragmentos 1

¡
¡
¿Supe acaso que mi boca por su cuenta, más los pulmones con riesgo oncológico, estaban pitando cuando el intelecto entró en órbita sin freno?. La secuencia mental era pasto de las llamas, peinada por vientos llegados de aquel cerro prodigio. ¿Pude darme cuenta del tiempo, con su prisa de amante, corriendo por encima de la cabeza casi etérea?.


Mientras las manos clamaban por dónde desovar carga semejante.

martes, 10 de abril de 2012

oigo paz

.
.





aleluya!! los ruidos han cesado

a priori ni se oye la mosca palpitar

ultimaron su germen zumbador

Aurora!! los engranajes del mundo

se clavaron en punto muerto

justo un poco antes del final a

toda orquesta

Las madres enloquecidas de futuro

ahorcaron sus crías

y nada ya engendra un chasquido acaso

Reina el silencio

el mar detuvo tanto run run

sobre durmientes no corren ventisqueros

Oh!! y a vos no te encuentro

gritando desde la almohada

ni podés escuchar como te maltrato

antes de huir por la tangente

Colapsan los eternos reproches

Y estamos como entonces como antes

de cualquier atisbo vital competitivo

No es mejor?

sin compulsión de sonidos para no pensar

todos callados oliendo mirando palpando

Mudos testigos la paz se instala de nuevo

Albricias!! para tamaño fenómeno que nos

priva y deleita sin recibir más que sosiego

ARLANN

imagen= Felix Berroa

sábado, 7 de abril de 2012

Vuelco relojes en el agua

+
+
hombre tangencial


que apenas roza un punto

de los parámetros

y vuelve a planear

mejores renuncias

Hombre aturdido por

la duda ha luchado

hoy yace medio herido

Así y todo

las circunstancias siguen

gobernándole la cabeza

aunque le falten suficientes motivos

para declarar su inocencia

miércoles, 4 de abril de 2012

SINQUÉ




fue un soplo rápido quitándome
del lugar que fuera mi destino
para eterno descanso
como electricidad irradiando
por la piel y que evitó el estallido
inútil del grito socorreme
La memoria inició un fluir
a tal velocidad de bytes
haciéndome desaparecer por completo
detrás de malos recuerdos y
arbustos que resplandecen todavía
Solo supe del final como punta
de una intrigante madeja a desenredar
Y el feroz estruendo
cercano a la sien
Luego adiviné aullar de sirenas
gente muy blanca en emergencia
llantos que ni por las tapas
Todo este curioso panorama
difuminado por luces tipo alucinar
opacas bajo párpados
Fui un haz
surcando la quietud acaso
una ráfaga súbita viniendo
desde confines jamás intuidos
Abajo el cuerpo                  lejos
en ruinas y descalzo
ni siquiera sus manos para despedidas
o gesto tranquilizador
Y esa palabra que se coló en la escena
flotando como mariposa fuera de estación
rozando pupilas aún llorosas
Un interrogante...
QUE!!

ARLANN

imagen= Daunhaus

lunes, 2 de abril de 2012

pastor de los ríos

Estábamos obligados a escucharlo, fue el único predicador que se atrevió a cruzar el delta a golpe de remo e instalarse entre nosotros sin menospreciarnos. Porque el problema no consistía sólo en las caudalosas aguas que de pronto se tornaban ingobernables por la correntada, sino que el visitante temerario encontraba, una vez hecho pie en la isla, que no existía tendido de cables eléctricos, ni hotel para turistas, ni lugar nocturno donde concurrir en las eternas noches sin luz. Un sólo almacén abastecía a la comunidad, en el que era posible comer algo durante los mediodías, pero el austero menú no pasaba de sanguches de salamín y queso, o empanadas para las celebraciones patrias. Vino sí había, por suerte, pues significaba una de las pocas gratificaciones luego de trabajar duro en las cenagosas tierras. Los cantores brillaban por su ausencia.

A pesar de tantas dificultades, Sigfrido el pastor se estableció, de buen ánimo, a la orilla del río, dentro de una carpa militar, demasiado grande para él y cuanta fe cargara. Empezó a predicar en la puerta del almacén, cuyo dueño, Martinena, no puso inconvenientes, quizás porque intuyó que aquel lunático podría ser una atracción dentro de la apatía reinante, lo cual aumentaría la venta en el negocio. Y no se equivocó, pues casi todos nos sentimos impulsados a conocer al forastero que vociferaba salmos y trágicas profecías, enarbolando el pesado libro de tapas duras, y trajeado de oscuro, sin importar el calor húmedo que subía desde el agua. Los discursos giraban sobre los desastres naturales a los que seríamos sometidos si no nos arrepentíamos de los pecados. Al llegar a esa parte de la arenga pastoral, nos mirábamos con expresión interrogante, porque no sabíamos cuál culpa expiar, carecemos de oportunidad para caer en la tentación u ofender algún mandamiento; la isla está habitada por pocas familias, todos nos conocemos, y prácticamente, no hay qué robar o pervertir. El último delincuente que tuvimos, fue el loco José, que andaba queriéndose avanzar a las mujeres ajenas. Le dimos una paliza histórica antes de tirarlo al río, para que fuera la correntada quien juzgara sus actos. Del acontecimiento pasaron cinco años, y nada volvió a perturbar la inercia del lugar. Sin embargo, Sigfrido no cejaba en sus anuncios de catástrofes si no hacíamos acto de penitencia por un asunto de la antigüedad, cuando dos que andaban en bolas y sin documentos, comieron las manzanas de un señor que se lo tenía prohibido so pena de mandarlos a otra huerta llamada infierno o tierra, esta parte no estaba clara aunque calculamos que se trataba de sinónimos. Después de escucharlo un rato, mientras los niños jugaban y alguno de la familia se iba para el almacén a comprar, nos retirábamos calladamente, no fuera cosa que aquel loco intentara detenernos con invocaciones y regaños. Cuando empezó a golpearnos la puerta en horas de la siesta, y a joder a los chicos con su perorata, ya fue momento de preocuparse, y no estábamos acostumbrados a los problemas, ni queríamos. Entonces, luego de una breve charla entre los pobladores más representativos, se tomó la decisión de cortar por lo sano. Al día siguiente, Sigfrido siguió el derrotero del loco José, yendo a parar, con carpa y biblia, al medio del río sagrado, que sabe cómo solucionar cualquier inconveniente, y encima nos da de comer.