globos aerostáticos me transportan lejos,
son de diferentes tamaños y colores, van mi cuerpo llevando, hipnotizado, creo
que hoy no habrá desayuno, en semejante altura imposible consumir más que
distancia, porque ¿cómo sujetar la taza rebosante en el aire que corre, y la
ceremonia de mojar las tostadas o, si fuera determinada fecha, las medialunas
recién salidas?. Aire, más aire en rededor, ni palabras o ruido a camiones,
construcciones. Deben ser las dos de la mañana porque despegué hace horas y aún
no tenía sueño, la abuela luna recién sonreía. Se sufre en elevación, un tercio
de raciocinio conservo a pesar del cierre abrupto de los sentidos por este
viento de no ser. Debajo suburbios mal iluminados, carentes, fogonazos de
seguro disparos a quemarropa, sin embargo no alcanzo a los gritos oír. Lejos,
arriba, de esa sociedad violenta me siento seguro, segregado, al fin a
resguardo, lo difícil es no parar por el temor a romperse contra la dura
realidad. ¿Cuál sería el arte de flotar sin rumbo ni fin?. Han perdido razón de
ser los índices económicos, el transporte público. Todo lo que pueda ocurrir se
reduce al impacto porque los globos tienden a perder sustento, no resisten la modernidad
*Las piedras rúnicas narran historias de valor *
*Las piedras rúnicas erguidas por los vikingos a lo largo de las tierras
nórdicas, han sido test...
Hace 1 hora