Camino por el desierto de fiebre
sé del calor que abrigan las arenas.
Humaredas fuegos fatuos
se dibujan sobre lo amarillo.
Bajo un árbol fuera de contexto
encuentro al anciano
su larga blanca barba
al viento que no cesa
Me llama...
¿nos conocemos?
Sentado junto a él
en un silencio de revelaciones
veo que barre el entorno
con dedo reumático
me muestra lo bello al alcance
del pie, cielo diáfano, tierra,
pájaros. Todo aquello que en
mi apuro no estuve percibiendo.
Luego se hunde en la modorra
Es momento de continuar
con ojos nuevos
el camino de regreso