En el sueño era caballo. Cuánto disfruté mi condición cuadrúpeda y veloz !.
El deleite de correr a tal velocidad entre los pastos, nunca chocando árboles u otros animales que trotaban cerca en aquellos campos sin casas ni gente a la vista, andábamos con semejante libertad, nadie salía herido o repudiado. Y yo caballo marrón claro, con una mancha blanca en el morro, iba tan afín. Podía sentir la brisa delirándose suavemente por mis crines, por todo el pelo que me cubría. Rebuznaba de felicidad !
Pero no puede durar tamaña condición. Un ruido de otro mundo llegó rebotando por los cuencos mentales, algo sonaba en son de alerta, arrancándome del plácido estadío.
Ya despabilado, no pude reconocer lo que me rodeaba, ni siquiera mi físico humano, por un buen rato. Durante ese lapso de adaptación sentía que en verdad seguía caballo.
El sentirme hombre, bípedo pensante calculador, podría tratarse de una ilusión
porqué no
imagen= Elsa Gillari